lunes, 30 de enero de 2017

NOS SALEN GRANOS (Pedro Trapiello)

NOS SALEN GRANOS ( Pedro Trapiello)

Todo en esa plaza se me hace revolcón vivo de recuerdos de infancia o de trotona jumentud... el campanil tocando a vísperas, el lóbrego torno del convento de las carbajalas donde murió una tía mía de novicia en «fl avour of sanctity» (lo de fl avour lo dice de esta plaza el alcalde), la fuente pilonera donde chapoteábamos la broma guaja, aquel empedrado en lomos que nos disuadía de carreras... o la calle prohibida de las putas que llamaban El Barranco (Calle Apalpacoños hasta los años 20, así, sin mojigaterías que disimularan su secular industria). Toda la vida fue una plaza-mercado esta que el pueblo llamó del Grano (eran cereales su mercadería) y de Santa María del Camino el callejero ofi cial, pero nadie la llama así, ni a la virgen de esa iglesia; del Mercado la dicen. Iglesias y mercados siempre fueron juntos por aquí desde tiempo inmemorial, pues parroquias o cabildos tenían privilegios y tasas sobre lo que allí se vendiera. A esta plaza del Grano llegaban muchos carruajes y bestias, así que la empedraron alomando los morrillos para que escurrieran aguas y orines. Con este pellejo en el suelo llegó la pobre hasta anteayer (años 80), cuando el alcalde decidió desollarla y rehacerla reponiendo el morrillo, pero borrando los surcos, robando los mojones de sillar o inventando nuevos enlosados y bancos junto a la fuente, así que es de ayer lo que se tiene por antiguo. Aún así, es lo más parecido al histórico suelo de la plaza que mejor resume la entraña pueblona de este León que se espurria en ladrillote y se empijota en gustos... por eso entiendo a quienes exigen al ayuntamiento que no se columpie con el proyecto de remodelación que la desdibuja con nuevas aceras o intervenciones contestadas por historiadores y vecinos. Entiendo mucho menos a los que disgusta este flavour pueblerino... o a las nenas que protestan por no andar a gusto en este empedrado cuando van de vinos con esos zapatitos-zanco que tienen sótano, ático, vértigo y plan. ¿Y los arbolones nuevos que ocultan plaza o la empequeñecen?... ¿dónde están las modestas acacias que llegaron a los 50?... ¿y esas arquitecturas que emburrian ahí con inefable grosería?...

Fuente: Diario de León

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