domingo, 12 de febrero de 2017

EL GRANO Y LA PLAZA ( Luis Herrero Rubinat)

El Grano y la Plaza (Luis Herrero Rubinat)

La historia se repite. Porque tratándose como se trata de un lugar emblemático de la ciudad de León, y de unas obras polémicas que alimentan sensibilidades temerosas de que se produzcan daños irreversibles en la plaza del Grano, cabría esperar otra actitud por parte del ayuntamiento: una pizca de sensibilidad con el entorno, alguna dosis de prudencia en la ejecución del proyecto y una constante vigilancia en el desarrollo de los trabajos por parte de los responsables municipales. Pues no. Desde el minuto uno en que se iniciaron las obras el ayuntamiento ha demostrado su insensibilidad con el entorno, su bravuconería en la ejecución de los trabajos y la ausencia de control de sus responsables con las actuaciones que se estaban llevando a cabo.
Algunos no pueden entender que nos sintamos dolidos ante las imágenes en las que aparece maquinaria pesada, camiones de gran tonelaje y grandes excavadoras, desfilando por la plaza del Grano como si fueran tanques rusos por la plaza Roja de Moscú. No han comprendido, a pesar de los ríos de tinta que se han vertido sobre el asunto, que se trata de un lugar representativo en la conciencia colectiva de los leoneses y que se han producido escenas ofensivas para la sensibilidad de muchos vecinos. Y tampoco se han percatado de que si el ayuntamiento pretendía tranquilizar a los que temen un desastre patrimonial con esta actuación, la indolencia exhibida, la maquinaria desplazada y las imágenes publicadas no ayudan, para nada, a calmar los ánimos; al contrario, ofrecen oxígeno y argumentos a los detractores del proyecto.

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