La plaza del Grano es el último empedrado de León sobre tierra. En el siglo XVIII cuando se construye la fuente neoclásica, obra de Isidro Cruela y adornada con dos esculturas de Félix Cusac que simbolizan a los ríos Torío y Bernesga. El Ayuntamiento de León ordenó entonces poner «buen empedrado» en la ciudad en 1790. Se utilizaron cantos de río de gran tamaño y tierra. En la plaza del Conde desapareció en los años 20 con la construcción de la plaza cubierta y en la plaza de Santa Ana lo que quedaba fue demolido en los 80.
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